Ain't no mountain high!!

Este sábado, tuvimos el gusto de festejar el cumpleaños de Romi, por lo que nos juntamos a comer pizzas y beber cervezas (ya este está siendo mi menú de casi todas las noches)... y luego a bailar.
Pero como el domingo debía partir a las 9:00 AM hacia las sierras en el Contamovil, lo que implicaba no beber alcohol ni estar cansada, mi noche terminó tempranito...
Cuatro horitas más tarde, estábamos con Brisa camino hacia las sierras, y tras una horita de viaje, llegamos a la casa de un amigo en San Antonio. Esperamos que llegaran el resto de los chicos... desayunamos, y nos dirigimos al cerro de la cruz a escalar!
En la base, encontramos una pelvis de caballo, la cual fue utilizada por Brisa a modo de antifaz para una foto, y mientras nos acercábamos a la base del cerro, se comenzaba a ver la cruz (aunque a Vicky hubo que prestarle mis anteojos para que la divisara).
Llegamos a la cima en una hora... tras un camino resbaladizo, pasando por las estaciones del Via Crucis (no crean que nos paramos a rezar, sino que blasfemamos a lo tonto con los arbustos que nos atacaban), esquivando las víboras que se escuchaban en los alrededores, y puteando a Pato que nos tocaba la espalda con una ramita y nos asustaba.
Al llegar a la cruz, admiramos el hermoso paisaje... y cuando nos confirmaron que la carne estaba en el asador, emprendimos el regreso. Más bien, el duro regreso, ya que en ciertas partes, el terreno estaba muy resbaladizo, por lo que la pobre Vicky cayó de cola tres veces, y yo, para evitar eso, bajaba de espaldas y gateando (Pato sacó fotos muy reprochables de mi bajada), Anto (la más averiada, debido a que se pinchó con todas las plantas), bajaba con la ayuda de su novio, y Brisa bajaba con la ayuda de un palo utilizándolo a modo de bastón (parecía Gandalf, pero esta vez no terminó lesionada con en nuestro viaje de diciembre).
Al volver a la casa de nuestro amigo, comimos un muy sabroso asado, charlamos hasta el hartazgo sobre nuestro próximo viaje juntos y más tarde, nos pusimos a jugar Citadels (ya que no nos daba a cabeza para jugar al Magic y no daba jugar al ajedrez)... Y si, aunque nadie lo quiera creer Anto y yo empatamos en el primer puesto!!!
Así terminó un hermoso fin de semana, que fue la previa de nuestro viaje de semana santa a Villa General Belgrano.