jueves, 14 de julio de 2011

Nuevo baño de sangre.

Tras la alegría generada por el triunfo del club de mis amores, tomé coraje y volví al odontólogo para un nuevo baño de sangre.
Esta vez, la extracción fue impecable, no hubo que volver a poner muelita en su lugar para que saliera mejor... y por suerte me dieron doble anestesia, porque la primera no hizo mucho efecto y pegué un grito ensordecedor.
Todo muy lindo, demasiado para mi gusto, me quedé haciendo reposo esa tarde en casa, y a la noche, cuando decidí levantarme para imprimir unas cosas... sentí un tironcito y que sangre brotaba de mi boquita pequeñita(?). No me di cuenta en ese momento, que el "no tomar antibióticos antes" y que estaba en días no coaguladores (según ContaPadre), provocaron un baño de sangre bastante grande.
Al día siguiente, la herida molestaba... tomé calmantes pero no se iba... y las cosas se empezaron a complicar, tuve que empezar a limpiar la herida y por las dudas, a tomar amoxidal. Obviamente, fui al odontólogo, quien observó que la herida se infectó y me dio un antibiótico para caballos (y enfermedades como vulvitis. Creo que hubiera preferido la vulvitis, ya que la hubiera contraído junto con un momento de placer). Fueron tantos los efectos colaterales que en un momento llegué preferir tener la infección a seguir tomándolos, pero acá estoy, vivita y coleando...
Cada vez más me arrepiento de mis brackets.