Obviamente, hay alegrías, tales como hacer llorar con mi rostro a mi nueva sobrinita, festejar el cumpleaños de ContaMadre, ver el triunfo de Belgrano con amigos, correr con el ContaMovil como en los viejos tiempos y empacharme con chocolate (entre otras cosas).
Anoche, salí a último momento hacia la terminal de ómnibus con mi megavalija, mi campera-monedero y Contamadre. Tomamos un taxi, y tras poder encastrar la valija en el mismo, nos dirigimos hacia la vieja terminal, al llegar subimos al primer piso a velocidad "pedo de buzo", y cuando le pido a ContaMadre mi campera, me dice "no, la tenés vos", mi memoria de paquidermo me hizo recordarle que se la había entregado en la puerta de casa... y cuando lo recordó me dijo "uyyyy, me la olvidé en el taxi". Mi corazón se paró. TODO lo que quedaba de mi sueldo y mi documento estaban en esa bendita campera, que me había acompañado en todos mis viajes... corrí hacia seguridad, los policías se pusieron las pilas y al toque me mostraron los videos de vigilancia... Tras una eterna espera (menos de 3 minutos, pero en esos momentos, era eterna), apareció el taxi del cual me bajaba: el 2110. Era de una empresa de radiotaxis, así que llamé... tenían mi número registrado (esa empresa auspicia mis andanzas cordobesas), y a los 15 minutos, me llamaron, avisando que la campera estaba abajo del asiento del conductor, con el dinero y el documento. Yo ya estaba en camino, ContaMadre recibió mis pertenencias... y ahora veo la utilidad de tener mi tarjeta de débito, CBU y ContaPadre que deposite mi dinero. El alma me volvió al cuerpo, y la ansiedad me mató... por suerte, el tipo sentado a mi lado en el colectivo era vegetariano, y me dio su comida (oh si, angustia oral... como uso brackets no ofreció satisfacérmela de otra forma).
Hoy, a primera hora, cita en el Ministerio de Trabajo. Tanto me insisten en mi ex trabajo que envíe telegrama de renuncia, que fui a asesorarme por los cuervos (o abogados, es lo mismo).
Sin dinero, sin trabajo, y sin sexo... ya me ofrecieron arreglar una de las tres cosas, más unos chocolates. Mientras, acepto los chocolates... y pienso en hacer abdominales para ir a Cocodrilo, donde seguramente encontraré de las tres cosas.
Ah, antes de que me olvide... Felices Pascuas de resurrección (donde menos mi vida sexual, resucita todo)
2 comentarios:
Qué de desventuras en los últimos días; un embole lo de la renuncia (no por la renuncia en sí sino por la situación, el jefe, todo eso) y el olvido de la campera (más que nada por los documentos y valores que tenías); sorprendente la actuación de la policía o seguridad del lugar. Quizás sea un guiño de que las cosas vayan a cambiar, o tal vez sólo un golpe "de suerte" pero desde aquí le deseamos la mejor de las mismas para que pueda recomponerse por completo.
Saludos.
Sir.
Sir: Perdón por olvidar responder esto... Si, de a poquito todo va mejorando!
Besos!!
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