Tras acostarnos a las 5 AM, nos levantamos al mediodía, con la noticia de que esa noche teníamos un asado en la casa de la vuelta, que fue alquilada por un grupo de neuquinos, y la invitación surgió porque las 4 amigas que quedaron en el boliche, al retornar a nuestro dpto. se cruzaron con ellos y las invitaron a tomar mate con facturas. Listo, una comida menos para hacer.
Estuvimos toda la tarde en la playa, nadando, tomando un poco de sol, leyendo un libro (yo leí El Decamerón, de Bocaccio. Nada de Paulo Cojelo), y con Fordis, planeamos comprar unas tablas para barrenar las olas de la segunda bajada. Así que al salir de la playa, averiguaríamos precios.
Se hizo la noche, fuimos a comer el asado, llevamos unos vinitos y la ensaladita (comprados con el fondo común de $100 por persona) y comenzamos a cenar.
Al terminar la comida, los chicos nos dijeron que se iban la mañana siguiente, por lo que si queríamos, nos regalaban las tablas para barrenar y el tejo que habían comprado, pero no usado. Con Fordis estábamos chochas!!! Íbamos a barrenar...
Esa noche, tras comer opíparamente, salimos a bailar, y nos sacamos fotos en el amanecer. Lo lindo de Las Grutas, es que no refresca demasiado de noche, por lo que disfrutamos viendo a Ra asomarse.
Más tarde, con Fordis pasamos a buscar las tablas y el tejo, y los chicos nos encajaron un pollo, una tira de asado y el asado frío que había sobrado, para no desperdiciar comida... así que con eso nos ahorramos unos buenos pesos. El problema, sería: "quien va a hacer el asado". Llamar al dueño del departamento no podríamos, por el operativo camuflaje, como así tampoco a algún vecino...
Por la tarde, volvimos al mar, barrenamos las olas con Fordis, y al volver a la carpa, divisamos a un pibe durmiendo bajo el sol. Sólo el, con sus cosas. A Fordis le brillaron los ojitos y dijo: "cuando se despierte, invitémoslo a tomar mate" y yo dije "si, veamos que onda, a ver si nos prepara el asado"... Luz, que estaba en la carpa dijo: "creo que está con la novia. Seguro que está en el agua".
Pasaron dos horas, el pibe se despertó, y no llegó ninguna novia, por lo que entre las tres nos miramos y decidimos encararlo. Fordis dijo: "Flaco, no querés tomar unos mates?" y el pibe respondió "Bueno".
Inmediatamente, el chico se acercó a nosotras y entabló una conversación, la cual se prolongó con la llegada de nuestras otras amigas, quedándonos haciendo picnic, bebiendo Fernet y Gancia en la playa hasta las 3 de la mañana, ya que al otro día iríamos a Puerto Madryn...
Así fue cuando lo conocimos a Raquelo.
Estuvimos toda la tarde en la playa, nadando, tomando un poco de sol, leyendo un libro (yo leí El Decamerón, de Bocaccio. Nada de Paulo Cojelo), y con Fordis, planeamos comprar unas tablas para barrenar las olas de la segunda bajada. Así que al salir de la playa, averiguaríamos precios.
Se hizo la noche, fuimos a comer el asado, llevamos unos vinitos y la ensaladita (comprados con el fondo común de $100 por persona) y comenzamos a cenar.
Al terminar la comida, los chicos nos dijeron que se iban la mañana siguiente, por lo que si queríamos, nos regalaban las tablas para barrenar y el tejo que habían comprado, pero no usado. Con Fordis estábamos chochas!!! Íbamos a barrenar...
Esa noche, tras comer opíparamente, salimos a bailar, y nos sacamos fotos en el amanecer. Lo lindo de Las Grutas, es que no refresca demasiado de noche, por lo que disfrutamos viendo a Ra asomarse.
Más tarde, con Fordis pasamos a buscar las tablas y el tejo, y los chicos nos encajaron un pollo, una tira de asado y el asado frío que había sobrado, para no desperdiciar comida... así que con eso nos ahorramos unos buenos pesos. El problema, sería: "quien va a hacer el asado". Llamar al dueño del departamento no podríamos, por el operativo camuflaje, como así tampoco a algún vecino...
Por la tarde, volvimos al mar, barrenamos las olas con Fordis, y al volver a la carpa, divisamos a un pibe durmiendo bajo el sol. Sólo el, con sus cosas. A Fordis le brillaron los ojitos y dijo: "cuando se despierte, invitémoslo a tomar mate" y yo dije "si, veamos que onda, a ver si nos prepara el asado"... Luz, que estaba en la carpa dijo: "creo que está con la novia. Seguro que está en el agua".
Pasaron dos horas, el pibe se despertó, y no llegó ninguna novia, por lo que entre las tres nos miramos y decidimos encararlo. Fordis dijo: "Flaco, no querés tomar unos mates?" y el pibe respondió "Bueno".
Inmediatamente, el chico se acercó a nosotras y entabló una conversación, la cual se prolongó con la llegada de nuestras otras amigas, quedándonos haciendo picnic, bebiendo Fernet y Gancia en la playa hasta las 3 de la mañana, ya que al otro día iríamos a Puerto Madryn...
Así fue cuando lo conocimos a Raquelo.
6 comentarios:
En este momento estoy deseando tener la suerte del Raquelo...
Bello amanecer, opíparas comidas, gente simpática...
Todo un plan para las vacaciones!
Besos!
Muy bueno el relato...
Geniales las anécdotas de tu viaje.
;-)
Saludos
gracias por humillar mi pedorro finde en casa.
Etienne: Realmente, un gran plan!!! No envidies a Raquelo...
JuanM: Me hacés poner colorada...
Cosme Fulanito: perdón por la humillación, pero seguro que tu finde no fue tan pedorro!
Besos
Excelente relato, pero...
Y el asado, el pollo??? ESO es lo importante!! :P
YA (?) estás explicando el porqué se denomina Raquelo.
Besos!
César: Paso a paso... no seas ansioso!
Besos
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