Mañana en el Banco Nación

Esta mañana, acudí al Banco Nación a realizar unos pagos que sólo pueden efectuarse allí... Por supuesto, una cola kilométrica, encima, sólo dos cajeros para atender.
No paso 10 minutos haciendo la cola, que la cajera se levantó a tomar su cafecito de las 9:00 y estuvo media hora (para mi, se fue a hacer cochinadas con otro compañero de trabajo, porque en ese tiempo yo te como un almuerzo completo!).´
Mientras tanto, yo tenía que aguantar al idiota de atrás que se me pegaba y me rozaba la cartera... lo hizo un par de veces, hasta que me di vuelta y lo miré con mi cara de ojete, pero el tipo no se dio por aludido y me sonrió... volví a mirarlo con esa cara y me di vuelta, subiendo más el volumen de mi MP3.
No pasa un segundo, que un gordo cojo pasó y me pisó el pie... lo miré y le dije "viejo pelotudo", casi con voz de camionero. El tipo se merecía ese grito, pisar mis zapatos nuevos... no le bastaba con ser el cojo del banco que quería dejar a todos en su misma condición???
Tras 40 minutos de cola... faltaba menos para pagar... y divisé a un tipo que estaba en la cola de al lado. El pobre tenía sucio el pantalón, justo en la costura que coincide con la raya. Pensé que se había sentado en un chicle, pero no... tras un segundo vistazo vi que el tipo tenía un hoyo en el pantalón!! No se como se produjo, pero mientras los minutos pasaban supuse un par de teorías (se tiró un pedo estruendoso que lo reventó en la zona, o le picaba el sector y quiso calmar la comezón...).
Los minutos no terminaban más, faltaban dos personas antes que yo... y el otro cajero se levantó para ir al baño, demorando 10 minutos. En ese instante, aproveché para escribir una cosa... y el boludo de atrás me rozó el brazo. Nahhhh... ya eso fue too much. Lo miré con cara de culo y asco, por lo que retrocedió dos pasos (y se chocó con el viejo de atrás).
Pasé, pagué y me fui. Como estaba perdiendo la mañana, tomé un taxi y partí hacia mi office. EL taxista estaba como loco... se pasó todos los semáforos en rojo, salvo uno donde casi chocamos, porque la camioneta que estaba adelante nuestro decidió frenar en la luz amarilla, lo que hizo enojar al tachero que me llevaba, que comenzó a putear al otro conductor... En ese momento, pensé que el dueño de la camioneta nos mataba a los dos. Por suerte, cambió el semáforo y rajamos, llegando a destino en dos segundos.

Ahhh... posteo 101, como los dálmatas.